Iglesia de San Juan


La pequeña iglesia de San Juan forma parte nuclear (junto a la de Ntra. Sra. de la Encarnación) de la Grazalema medieval, donde, según los restos hallados, existió una mezquita en el lugar que hoy ocupa parte de la Iglesia Mayor, una medina o ciudad, situada en torno a este templo y sus calles adyacentes y otros símbolos característicos del habitat cultural de este pueblo como es el alminar (torre de la actual ermita o capilla de San Juan) desde donde se les concitaba diariamente a la oración.
El solar de la Villa medieval tuvo recursos básicos en su exigencia de una población segura y estable: era abundante en agua, y tenía una frontera geográfica hacia el Sur y el Este, que posteriormente fuera completada como muralla defensiva. De esta forma Grazalema fue algo más que una lugar de vigilancia y dominio del territorio (como ocurriera en el asentamiento árabe grazalemeño del peñon de Audita), constituyéndose en una población estable. Esa situación explica la existencia de otros enclaves como ocurriera con el de Peñaloja (Penaloxa), formada por población morisca y oriunda que buscaban recibir, además de la protección de la jerarquía militar instalada dentro de las murallas, poder comerciar con aquella clase adinerada para vender los productos elaborados de sus ganaderías y cultivos.
Desde el siglo VIII hasta prácticamente el XV, la Villa sigue un crecimiento muy lento partiendo del núcleo más primitivo, de forma almendrada, que se inicia en el solar que ocupa la iglesia Mayor y sus calles aledañas; adosándose al desnivel natural que forma el cauce del mítico río Guadalete junto al que trascurre la Calzada Medieval.
La historia árabe de Grazalema aparece especialmente vinculada a las luchas territoriales que tienen lugar en la comarca como el protagonizado a comienzos del siglo IX. En aquel periodo en el ejército rebelde se encontraba Mundhir ben Ibrahim ben al Salim general o cabecilla rebelde al que se le atribuye la fundación de la Grazalema árabe y del gobierno de la dinastía dominante; siendo el nombre árabe Madinat-ibn-as Salim (ciudad de los Salim); de los que parece provenir el topónimo Grazalema y su primigenio Gran Zulema; posteriormente Zagrazalema.
Como centro religioso la iglesia de San Juan fue construida a lo largo del siglo XVII como capilla o ermita tomando el viejo alminar como torre. Es de plante cuadrada, de tres naves, la central más alta y ancha que las laterales y cubiertas con bóvedas de cañón. Su característica torre es de planta cuadrada dividida en varios cuerpos, el superior presenta las esquinas achaflanadas con pilastras adosadas. Tiene un vano en cada una de sus caras. En la parte baja se conserva un arco morisco de ladrillo resurado.
Según el catálogo de Romero de Torres entre sus imágenes hubo un Ecce Homo de talla policromada y un cuadro atribuido a Francisco Meneses Osorio discípulo de Murillo, actualmente desaparecidas.
De su dilatada historia destaca su papel ante el azote de las sucesivas epidemias de cólera que asolaron la sierra a lo largo del siglo XIX y afectó de forma notable a la población y su censo. De todas, quizás la aparición más virulenta fue la de 1855 que se extendió rápidamente por toda la comarca. Ante la gravedad de la situación, se decide que el edificio fuese reutilizado como hospital de aislamiento. De esta forma se creó hasta finales del siglo XIX el Hospital de la Vera Cruz y Sangre de Cristo; nombre que recibe siguiendo el de la cofradía de penitencia instalada en dicho templo que procesionaba la madrugada del Jueves Santo. Para hacerle frente, el ayuntamiento actuó con todas sus energías hasta el punto que el mismo alcalde, Juan Atienza, en un acto heroico que impresionó a toda la comarca (y se reflejó en las crónicas periodísticas provinciales de aquellos días del mes de marzo de 1857), infectado de la enfermedad perdería la vida cuando actuaba socorriendo a sus vecinos. De su memoria existe, en el salón de plenos del ayuntamiento grazalemeño una placa conmemorativa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario